martes, 11 de junio de 2019


Él


Él, así es cómo le conocía todo el mundo; él, el de la cara rara, el empollón, el gafotas

Todos los días sentía lo mismo, quería que las paredes se lo tragaran, que desapareciera de la Tierra aunque solo fueran por unos instantes.
Así es cómo se sentía  todos los días Kilian, cuando estaba en clase, en la biblioteca, en el parque

Todo sucedió el primer día de clase, Kilian  estaba muy emocionado, iba a empezar 1º de la ESO, todo iba bien hasta que  empezaron a hacer los primeros exámenes.
Kilian estaba muy contento, sus calificaciones eran muy altas, dieces, nueves... Y hasta parecía que le empezaba a caer bien a los profesores.

 Pero al “gracioso” de Blas, el chico más popular del insti no se le ocurrió nada mejor que decir a que Kilian era un empollón.
Y todo el mundo le llamaba así, bueno, los que le conocían, que no eran ni una cuarta parte de lo que Kilian había soñado.




Pasaron los años y para la gente Kilian seguía siendo invisible.

Es más, era más habitual que le llamaran por los apodos absurdos que le ponían sus compañeros, que le llamaran como él, ese a que le conocieran por su verdadero nombre: Kilian

Pero un día todo cambió,  fue cuando conoció a Carol, una chica nueva. Desde el momento que se dijeron “Hola” que supieron que iban a ser grandes amigos.

La verdad, es que el tiempo pasa volando, ya que Kilian y Carol ya estaban en 1º de bachillerato, pensar que se conocían desde los 13 años hasta los 17.

Pero antes de eso sucedieron cosas que Kilian nunca se habría podido imaginar; desde que era amigo de Carol, bueno, algo más que amigos, la gente ya le conocía por su nombre, Kilian , Blas y sus compañeros ya  no le molestaban

Es increíble como una persona puede hacer tanto por ti y cambiarte de una forma maravillosa.


BERTA PERIS FONS-6ºA


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