El
regreso de Set
Por Javier Vallejo Ibáñez
Por Javier Vallejo Ibáñez
Era un día normal de verano y todos los niños estaban en
los parques, de repente una acera entera explota y se oye una risa de fondo. Es
Set el dios egipcio de la maldad. Hace volcar una decena de coches y cuando se
disponía a reducir un edificio a escombros…
Un estallido de luz le impacta en la cara y lo
desintegra.
-Por el momento estará inactivo.
-Pero no mucho.
-Habrá que reclutar un ejército.
-Y reclutar a los dioses egipcios.
-Mandaré a mis monstruos de fuego.
Un año más tarde…
En el Cairo, Egipto, debajo de la esfinge de Guiza.
Sara y Pedro estaban haciendo un ritual con las momias de
Tutankamón, Nefertiti y Cleopatra. Después de recitar un viejo pergamino, sitúan
las momias en una pila funeraria cada una y leyendo un viejo conjuro las
prenden.
Cuando después de una hora se han quemado hasta los
huesos, hay una explosión de polvo verde y al disiparse el humo aparecen Horus,
Isis y Bastet.
-Ya era hora de que nos liberarais. A quien hay que
capturar.
-Tranquilo Horus, de momento a nadie. Aunque tu tío Set
ha escapado de su prisión para destruir el mundo y al resto de los dioses.
Entonces nos cargamos a Set y listo, dice Isis.
-Tranquila madre, ya sabes lo poderoso que es Set.
-Hay que actuar con cuidado Horus, para derrotarlo hay
que encontrar su fuente de poder y destruirla.
-Pero de momento tenéis que descansar y adquirir poder de
la esfinge.
Un mes después:
Set consigue escapar de su prisión y al hacerlo viaja a Egipto,
donde se libra una guerra entre Horus, Isis y Bastet contra Set.
Mientras tanto Sara y Pedro viajan a Madrid, al templo de
Debod guiados por una misteriosa fuente de poder que podría ser la que usa Set
para adquirir su poder. La fuente de poder los guía hasta un sarcófago. Al ver
el símbolo de Set lo agarran y se disponen a romperlo cuando aparecen los
demonios del dios del mal.
Sara y Pedro sacan sus espadas y luchan contra los
demonios, tras una hora de intensa lucha consiguen vencerlos a todos y
destrozar el símbolo. Al hacerlo consiguen que Set se debilite tanto que los
otros dioses consiguen vencerle y encarcelarlo por lo menos hasta dentro de un
milenio.
Después, los dioses se retiran a la Duat hasta que
vuelvan a ser llamados.
FIN
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